miércoles, 15 de febrero de 2012

El arco iris de un cielo soñado. ®



Súbitamente nos invadió en las miradas una intensa curiosidad, esa necedad de hallar en otro aquel complemento que nos haga sentir completos por dentro. Acaso en realidad llevas dentro un corazón de imán en signo contrario al mio? O solo es simple curiosidad. Vulgar curiosidad de mirar por mirar.
Te he hallado tarde. Es lo primero que me cruza en la mente. Pero recuerdo que el tiempo es exacto y que a pesar de ser relativo, el tiempo del universo es perfecto. Veo tus ojos serenos, como pétalos de rosas en un lago de algún jardín oculto de mi memoria más añejada, flotando en la eterna constante de hallarte…
Y el aroma? Dulces hadas danzando entre tu hombro y el mio, llevando de aquí para allá, y trayendo de vuelta tu perfume, y las hadas lo mezclan con el mio para forjar mares de oleadas que nos inundan las entrañas y nos embotan los órganos de pensar. Pronto solo somos dos en ese pequeñísimo universo apenas frágil de ser recién construido.
Arrebatos de locura buscan apaciguar ese temor de no volver a tener esta oportunidad, tenerte tan cerca. Busco cocer un pequeño hilo de plata finísimo a tu risa tímida y sincera para no perderte en el bosque de la inmensidad. Te tengo tan cerca y tan lejos. Pero por segunda ocasión, la mente me recuerda que no existe la casualidad sino solo ignorancia de no saber que hilos nos unen en realidad….
Nada se escapa a la regla del orden. Todo está escrito, solo debemos provocarlo para que exista o sino solo pasara. Es el único libre albedrio. Todo se explica. El azar oculta un orden. Y pasan los instantes esperando que tu provoques tu mitad de albedrio. Lo harás? O solo serán instantes que se fugaran de la vida de todos?
Hay un corazón oxidado, harto del trajín de latir que hoy recibió de parte de unos dedos miserables un poco de cuerda a su reloj. Y para qué? Quien es quien quiere verme sufrir de nuevo? O acaso hay algo mas oculto detrás de esa pantera rosa?
Que el tiempo, y ella lo decidan. Yo mientras tanto, seguiré esperando su paloma de humo, que si llega a mí, no la dejare ir así como así de fácil. Esperar, la parte más dolorosa del amante. La dolorosa espera de un instante que me permita sentir que sigo vivo, aunque al instante siguiente me vuelva a arrebatar la luz fugaz, como un relámpago de abril. Y es que no se me ocurre otra manera de seguir en pie de guerra, que ir tras el humo que señala el fuego que tu cuerpo esconde…

“…y digo que cuesta tanto
y que hay que cruzar la tundra
pero al final la penumbra
se hace arco iris del canto…”


Raziel®

No hay comentarios:

Publicar un comentario