Existe un artista excelente, sublime, de la talla de los pocos grandes que han rondado nuestra humanidad. El tiene uno y solo un género de música, mas sin embargo en el convergen mil caminos de este instante en el que vivimos, que los galardones que posee son tan diversos que solo pueden ser de uno, de él. El numero uno.
Como se distingue un verdadero artista? Cuando su obra es tan magna, que crea un género propio, nuevo y lo hace inconscientemente, solo nace a la par de sus obras. Lo hizo Silvio, lo hizo Mozart, lo hizo Sade, lo hizo Dalí, Davinci… pero la batuta que hoy este maestro ostenta, la blande casi como varita mágica, hechizando en cada instante. Siendo él, inconfundible, infinito.
Logra crear canciones que son pulsaciones arrancadas de nuestro mismísimo corazón, y son devueltas a través de nuestros oídos, pero ordenados los sístoles y diástoles en un pentagrama tan perfecto, tan pulcro y ordenado como solo el podría crear.
El barco no es de él, lo crearon 4 hace años, con un único sueño: ser independientes, diferentes. Y lo consiguieron. Crearon no solo las bases de lo que hoy es su gen, sino que hicieron obras magistrales que solo pudieron ser superadas por él, el mago blanco. Junto a los 4 hubo dos, los franceses bajados del espacio, con cascos modernísimos forjaron las velas de este barco. Y el navío se mantuvo a flote casi 3 décadas, antes que llegara el que hoy timonea el barco con tanta firmeza, el que nos ha llevado de la mano al espacio exterior, a buscar ángeles…
Nació despacio, y descubrió este mundo muy poco a poco. Solo él sabía lo que en sus venas corría, el siempre lo supo. Sabía que un día llegaría a ser tan único como lo es hoy.
Su nombre es Armin Van Buuren. Y su simple nombre hace que mi mente evoque tales sonidos en tal majestuosidad. Insiste en compartir su universo con otros, tal es su nobleza, pero solo él es quien tiene las riendas del barco que hoy viste velas de tela finísima, como cada eco de cada personaje que ha adornado sus pulsaciones con su atípica voz. El viento, es el poder de la tecnología con la que hoy contamos, la que hace posible que compositores como el logren plasmar y más aun, recrear los sueños que habitan su mente.
Armin ha creado un estilo único, independiente a pesar de ser el resultado de años de experimentación sonora. Es irrepetible, es magistral.
Yo siempre me pregunte que sería vivir en la Venecia contemporánea de Mozart, y escucharlo en algún balcón blanquísimo dar clases a algún burgués. O ir a una puesta en escena de alguna obra suya. Hoy se que se siente vivir en el tiempo que le pertenece a otros. Hoy se que tesla hablaba de él hace cien años.
El es Armin Van Buuren. Y es nuestro. Es mío. Su reinado lo confirmara en su Religión universal capitulo 5. Los invito a que corroboren estas letras de la mano de él. Compra su disco doble y viaja junto a el hasta aquel planeta multicolor, a plantar una espada en la piedra y levantar en alto unos audífonos, amigos inseparables.